El champiñón, un producto que normalmente se ve como el acompañante de la carne o el pescado, es la estrella del plato en golosos postres, ensaladas o hasta en un estofado, en un festival gastronómico dedicado a este hongo que se celebra en Quito.
Desde ingrediente clave en una tradicional crema hasta en un novedoso y suave pudín, el champiñón deja volar la imaginación del cocinero y se puede preparar de infinitas maneras, desde rebozado, gratinado con queso, frito o simplemente crudo.
El festival de Quito, que durará hasta el domingo, es una muestra de la versatilidad de un alimento de alto contenido en fibra, vitaminas B, C y D, y proteínas.
COLORES Y TAMAÑOS
La cita gastronómica cuenta con tres protagonistas: el champiñón blanco, el portobello, enorme y marrón, así como el japonés shitaki, de color café, que son combinados con productos variados, como un mousse de maracuyá, caramelo o hasta gelatina de vino tinto.
La cita gastronómica cuenta con tres protagonistas: el champiñón blanco, el portobello, enorme y marrón, así como el japonés shitaki, de color café, que son combinados con productos variados, como un mousse de maracuyá, caramelo o hasta gelatina de vino tinto.
Abdón Cabezas, sub chef del Swissôtel de Ecuador, donde tiene lugar el festival, explicó que este producto se puede utilizar en una infinidad de platos, como en los espaguetis, el salmón o el pollo, y se vuelve el centro de atención en un carpaccio de portobello, en un estofado con papas o siendo la estrella en un sin fin deensaladas.
Y los más golosos pueden deleitarse con un bombón de champiñón, con una tartaleta con crema y hongo, o dejarse llevar por un suspiro de seta y merengue.
Cabezas resaltó que el producto es muy dietético y, a su juicio, esencial para los vegetarianos. El chef confesó también un truco culinario: para mantener el color blanco del champiñón, él lo lava con agua y harina.
CULTIVO PACIENTE
Pero ese pequeño alimento polifacético es difícil de cultivar y conservar, como bien sabe Cristian Tavera, gerente nacional de ventas y mercadeo de la empresa Champiñón Güipi, organizadora también del evento.
Pero ese pequeño alimento polifacético es difícil de cultivar y conservar, como bien sabe Cristian Tavera, gerente nacional de ventas y mercadeo de la empresa Champiñón Güipi, organizadora también del evento.
El champiñón tarda unos 113 días en estar listo para su cosecha y se tiene que exportar rápidamente porque es un “producto sumamente delicado y con una vida corta”, explicó Tavera.
Tavera dijo que el objetivo del festival es dar a conocer el uso y el beneficio de este producto, con la finalidad de aumentar el consumo entre la población ecuatoriana, que ahora no llega ni al gramo al día por persona.
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